lunes, 13 de mayo de 2013

5 años de ¿Libertad?


13/5/2008 – 13/5/2013

El 13 de mayo del 2008 me declararon inocente del crimen cometido contra Ana Zerdan, pareja de mi padre y luego de pasar mas de 2 años preso en General Roca, fui puesto en libertad.
 El 1 de junio del 2009, un año y 18 dìas después, mi libertad acotada, se volviò condicional; el Tribunal Superior de Justicia de Rìo Negro hizo lugar al pedido de la parte querellante de la causa y abrió el camino hacia un nuevo juicio. Sì amigos, la Constitución Nacional no lo permite, pero se puede. Al fin, ¿què es la Constitución sino un juego de enanos donde los 10 poderosos del país se disputan el eternato(*) de la montura donde cabalgan sobre nuestras cabezas?
Desde entonces y próximo a cumplir 4 años condicionados, no hago màs que alejarme de Argentina desde mi alma. Ahogado es el proceso en que derivo en este mar de argentinos en donde el lameculismo(*) y la salsa de etiquetas que nos imponen se nos rìen en la cara. Mi cuerpo se encuentra aquí, mas no mi ser. Mi país de nacimiento, el que me ha dado educación pública, salud pública y todos los caprichos que se les ocurrieron a los gobernantes de turno (zurdos, fachos, derechos, demócratas, patilludos y aburridos), todos ellos marcaron el camino que nosotros los habitantes, votantes aunque usted no lo crea, fuimos otorgàndole con ese papelito llamado voto que parece una miseria de tràmite: lo hacemos a solas, elegimos a un hombre o mujer que sòlo conocemos por fotos y metemos el sobrecito anónimo en un cuarto oscuro, que parece el peor de los cuchitriles en que varias generaciones de argentinos debutaron. ¡Y todo eso en una escuela!.


Esto que sabe a penuria de domingo frìo, cierra su dìa con el corolario horroroso al que nos sometemos año tras año como electores.
Recuerdo la escuela Normal de Olavarrìa, cada lunes posterior a una elección nos sabìa a fiesta: no había clases. ¿porquè?: Desinfecciòn, no alcanzaba con todo este revulsivo en donde conviven punteros-arrieros de pobres tipas y tipos que cierran el pico que incluye el cerebro, y son llevados a votar por tal o cual político. Y es a tal escala la cosa que mesas enteras se arreglan y entonces no hay forma de hacer trampa y llevarse el chori y el vino pues las urnas se cuentan y ya están calculados los votos para ese tal o cual, que desde su bunker espera divino/a, contando voto por voto, lo que significa peso por peso. Asì es, no había clases porque la cosa era y es tan sucia, que mejor dejar todo bien limpito para que los chicos no se den cuenta de nada y no se infecten de tanta desidia, que en otras de sus facetas es también el ser argentino. Y somos nosotros quienes detentamos el poder de las cosas, que con sòlo pararnos en seco ante tanto despojo…pero somos tambièn los autores intelectuales del “no pasa nada” y asì vivimos.
Argentina, mi país cárcel, la eterna viveza de horizonte corto, sin planes, sin perspectivas. Quienes meamos y cagamos en esta tierra nos negamos a hacerla, no grande, sino bella; que feliz viviría la pampa sin tanto “la mejor carne del mundo!”, esas expresiones que se siguen sosteniendo como necios y ciegos al creciente feed lot que nos va inundando mas rápido que a La Plata.
No niego ni me niego el veneno concentrado contra nuestra forma social. Yo, un tipo que quiere andar por los 5 continentes, un recorredor(*) por forma redonda del planeta que nos pariò, estoy atado a esta causa sin gollete, en donde desde hace 14 años permanezco ligado a un asesinato que no cometì, sin absolutamente una prueba en mi contra: nunca, ni una, en estos 14 años. Tal vez sería mejor llorar o patalear, al menos esta estructura que nos contiene diría: pobrecito!, es un chivito expiatorio, un poco de cámara por acà Juan Manuel, venga…5 minutos de fama, mucha entradas en tu página de defensa, algunas radios, otros periódicos, todo lo mediático por tus 5 minutitos cagados de fama…paro luego el olvido, que en el caso de un famoso de turno, no le trae mas consecuencia que el olvido y un dùplex en Palermo; pero yo mis amigos, estoy jodido, como tantos otros sì,  jodido de aceptar que me han cagado sin nada, sin ningún plan trazado, todo puro y sorete poder, de parte de esos que trabajan de perezosos pero que comen y cojen como cualquiera de nosotros, en general, mal.
He pensado mucho en este trabajo, “Enterradores del poder”, como el abogado querellante de la causa, Oscar Pandolfi; tipos que toda la vida se la pasan con pala en mano tapando con mentiras lo que tiene que ser tapado, embarrando canchas allà donde la verdad intenta jugar fair play. Esta clase de sujetos se entregan y dejan sus zafios huesos en tal cosa, su visual es la de un caballo de sulky, la mirada marcada para llegar al mismo destino: la mentira que bombea esta rueda que no gira y no importa. Por eso propongo juntar millones de firmas para agregar como el Brasil, una leyenda a nuestra bandera que diga: “que se le va a hacer, ya fue”. Y aunque no pudiesen reunir mas dinero o calzarse mas poder, y cuando aun paguen los gastos del auto blindado y los tipos de seguridad y anteojos polarizados, estos enterradores nunca dejaran de hacer lo que hacen, ser la mano de obra de lo invisible, esos otros arriba de ellos que tiran los dados de nuestros pensamientos, y entonces se nos viene el cocoliche con tanta información cambiada, y mañana voto a este porque no me acuerdo que hizo hace diez años y bueno, que le vamos a hacer?
En estos 5 años he proyectado un hermoso sueño que pronto murió sin nacer: viajar el continente americano en Oniriciclos, los dromedarios con pedales que Da Vinci nos legò. Asì también han pasado planes de viajes con amigos y amigas amados, que de tanta mi espera, salieron a esos caminos, que iba a compartir con ellos. En estos 5 años también he sido libre, en estos 2 millones de kilómetros cuadrados que ya no sè si elegiría a cambio de estar aislado en Luxemburgo, o uno de estos países-barrio, en donde no podès salir a trotar pues se te acaban las fronteras en unos cientos de metros.
Nunca deseè piedad! Nunca pedí armisticio, solo exijo lo que es: la honestidad de las estructuras, y que en su sinfín agrietado de enmiendas sobre artículos y chanchullos se eleve aquel que pueda parar toda esta mentira, busco una respuesta para mì, sì!, claro que sì!, pero también escupo por todos aquellos que se colgaron del tiempo esperando una sentencia, una fijación de pena, un informe positivo de los psicólogos de cárcel que nunca acuden; somos manadas de esperantes(*) con condicional, domiciliario o cárcel lisa y llana. Cada dìa se me eleva como un tótem de inocuidad, donde veo como las góndolas no nos ofrecen legales sino leguleyos, donde el poder es visual y fácilmente deglutido, donde los crímenes se hacen mil hojas rellenos de cadáveres con los ojos abiertos, que miran para siempre y con horror sus vidas incluidas en papeles dentro de expedientes dentro de gavetas dentro de armarios en una oficina, hormiga de un edificio y a su vez colonia en una ciudad.
Asì son los ojos de Ana que siguen mirando a los insulsos, esos que tapan y se bañan con el caldo de la hipocresía, la misma que besan para negar la verdad del crimen de Ana Zerdàn.
Cerdos hijos de puta!, Yo, el perejil de turno, con todo para perder les digo: HIJOS DE PUTA!
No es el rebaño el que cambia, sino el que se apea y deja el facilismo, la ignorancia elegida, la religión fácil, el onanismo mental.  Nos sugieren ser la generación paja hasta el olvido, quienes somos y adonde vamos ha cambiado, ya no son nuestros interrogantes esenciales, ahora es el ¿què pasa? Y ahora, generalmente mientras imitamos lo que es la vida, no pasa nada.
¿Què pasa en el desierto de nuestras vidas, allì donde las redes sociales no pueden tapar las escaras de nuestra soledad?, pensamos en los que està pasando, que es exactamente eso: un bondi de apuradas con horario estipulado y precio fijo, rápido-pàpido!, subite que te quedàs afuera paparulo! 
Sigamos con las mentiras de rigor, Pura Vida!

(*) De tanto esperar me hice esperante, aunque el diccionario no me crea

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