miércoles, 27 de febrero de 2008

Día 16

Testigo: Juan Carlos Pereyra.
Médico gastroenterólogo. Amigo de Ana.

Dijo que Ana era un persona extrovertida, era una muy buena persona. Ese viernes iban a comer junto a ella y su familia, aunque era normal que Ana no llegara, ya que tenía múltiples compromisos.
En el último tiempo Ana le había comentado que su situación económica era muy mala, que “estaba pobre y las obras sociales no pagaban”.
En los últimos años veía a Ana, extraña, distinta, respondía con evasivas.
En los primeros años de la relación con J.C. Aguirre, Ana comentaba que era un buen hombre, pero insociable.
Sobre el día del asesinato dijo que estuvo con mi padre en la comisaría y que éste repetía como fue que la encontró, que vio las piernas, etcétera…repetía eso a cada rato.
Preguntado acerca del estado anímico de Juan Carlos en ese momento dijo:” Sinceramente no sé como lo veía. No es el standard que uno ve habitualmente”
Nota del Relator: Desconocía acerca de un término medio para personas que han perdido a alguien querido en circunstancias fatídicas, más si dicha persona sufre de problemas cardíacos.
Desconocía acerca de la existencia de Marta Marinozzi. Eso no le pareció leal, una decepción dijo. Aunque en el grupo de amigos han pasado cosas así. Dijo al respecto que “uno nunca analiza cosas así”.
Con respecto a quien escribe, me destacó como un “chico muy violento”, esto según le habrían referido sus hijos, con quienes yo habría entablado amistad. No precisó hechos o detalles específicos con los cuales respaldar sus palabras anteriores. Según él, Ana no me quería mucho, ni hablaba mucho de mí.
Para Pereyra yo era un chico raro, no alguien “standard”, pero tampoco anormal. Lo mismo cuando me observó junto a Ana: nada extraño.
Según su declaración judicial, el habría operado a Juan Carlos Aguirre del corazón. Se le mostró esta anomalía en su interrogatorio y no le pareció importante, aunque no recuerda si leyó la misma antes de firmar, o si acaso le prestó atención.

A continuación, todo lo que no sabe o no recordó:
-Nunca formó un concepto sobre Juan Carlos Aguirre. “Es el esposo de una amiga”, dijo.
-No tiene conocimiento sobre los bienes de Ana, aunque si recordó que le llamó la atención la venta del departamento.
-No sabe si Ana le avisaba a Juan Carlos en las oportunidades en que se quedaba a dormir en su casa del lago Pellegrini
-No conocía los horarios nocturnos de Ana, su costumbre de regreso a la casa, tal vez era cerca de las 12.30- 1 de la mañana.
- No recuerda que hayamos pasado las fiestas de año junto a él y su familia.
- Tampoco recuerda una discusión que habría mantenido con Dina María de Pérez Lindo, en donde diferían en criterios sobre Juan Carlos Aguirre, y en la cual el testigo habría salido a favor de J.C. Aguirre.

Testigo: Enerio Huircaín.
Comerciante, Comisario retirado.

Conocía a Ana y a mi padre.
Cuando ocurrió el hecho “se puso a disposición de la comisión investigadora”, pero según él “no le dieron cabida” (qué descriptivo, notable)
Sabía que Juan Carlos Aguirre organizaba rifas y eventos.
Siempre lo vio como un hombre muy tranquilo, frío en su desenvolvimiento diario. También dijo que en determinadas oportunidades los vendedores usan algún grado policial para vender las rifas por vía telefónica.
En su momento cuestionó a las cooperadoras por su labor frente a la institución. Para él “las rifas en general son un curro”. Y generalmente no están autorizadas por las cooperadoras. Según él, la repartición de los ingresos es desigual. Preguntado acerca si él habría organizado una revista llamada “Magazine policial”, respondió que no, que el era “asesor de cooperadoras” (jajaja, En serio…vamos…)

Huircaín omite decir que en su momento le pidió a mi padre hacer la citada revista en calidad de asociado, ya que con el nombre de Juan Carlos Aguirre seguro sacarían el proyecto adelante. Mi padre decidió no hacer tal trabajo ya que la reputación del ex comisario no era la mejor.
Por otro lado, éste testigo omite decir que él hizo todo lo posible para socavarle el piso a Juan Carlos Aguirre en momentos que éste era el organizador de Zona 2 tránsito, cita en General Roca. Luego de que mi padre se alejara de dicha unidad, el testigo en cuestión organizó la siguiente rifa (fue la única vez que lo hizo ya que no quiso pagar el premio)
También omitió decir, que en gran medida con la colaboración de Juan Carlos Aguirre, fue posible llevar adelante la construcción de la actual caminera policial de Choele Choel. Señor… bueno…Huircaín, ¿debemos preguntarnos porqué usted se retiró antes de tiempo de la policía de Río Negro?, ¿O mejor indagamos acerca de su participación en una rifa organizada (si mal no recuerdo) a nombre de la cooperadora de suboficiales de la provincia?
Vamos a ser claros, vos organizaste rifas pero como dejaste el tendal en todos lados no pudiste seguir haciéndolo más, luego de ello quisiste usar el buen nombre y prestigio con el que cuenta en su trabajo el señor Aguirre. Si acaso el taimado fuese él y no vos, ¿porqué hasta hoy mi padre sigue trabajando y vos te dedicás a vender caretas de piñon fijo?
Por favor…dejaste rastros de envidia hasta en la silla de los testigos.

Testigo: María Teresa Franco.
Empleada en Agencia de Viajes “Olano”. Ama de casa. Amiga de Ana.

Ana era leal, siempre estaba dispuesta a ayudar. El viernes 17 de septiembre caminó con ella desde la 1.30 a 2.45 horas.
Dijo que los últimos tiempos Ana tenía días en que estaba triste y días en que estaba contenta.
Los últimos dos días la vio contenta y le comentó que tenía que solucionar algunas cosas. Quería legar su herencia a su sobrina. Estaba preocupada por mí, ya que yo no trabajaba y había dejado los estudios.
Ana le contó, de buenas maneras, que estaba por hacer un viaje junto a mi padre y una pareja amiga.
La mañana del sábado 18 de septiembre fue hasta la casa de Susana Grisanti y desde allí se acercaron hasta la comisaría. Juan Carlos Aguirre le relató como había encontrado a Ana y que “no quiso tocar nada para no verse comprometido”. Y agregó que si eso le hubiese pasado a ella y fuese su marido el que estuviera en tirado, ella se hubiera acercado inmediatamente a socorrerlo.
Al respecto se le preguntó porque no había declarado esto último en las dos oportunidades que lo hizo anteriormente (23/9/1999 y 14/12/1999), a lo que aludió que “uno se da cuenta de las cosas con el tiempo”.
Nota del relator: Hasta su segunda declaración tuvo casi tres meses para reflexionar acerca de lo que vio y percibió, pero como tantos testigos,, sus reflexiones fueron bastante tardías. Eso sí, “las conclusiones olvidadas” siempre giran en torno a la vida conyugal de Ana Zerdán y Juan Carlos Aguirre. ¿Tanto cuesta un engaño amoroso?

También comentó: “Ana estaba empobrecida, cuando recién llegó a la zona le fue bien”. No sabe si su difícil situación era producto de la merma laboral en el laboratorio o por su relación con Juan Carlos Aguirre, aunque si aclaró que “Hacía años que Ana venía mal económicamente”.
También recordó que Ana y mi padre iban a ir a Miami, pero no puedo asegurarlo.
Al finalizar, y ante preguntas del tribunal, deslizó:”Ellos hacían su vida”, también comentó que las veces que fue a comer a la casa de su amiga no notó nada raro y calificó de normal la relación que Ana tenía con mi padre y con quien escribe.
Menos mal que al final tiró una flor.


Testigo: Erika Luisa Parra Vidal de Mieres.
Docente.

Declaró en la división judicial de Investigaciones, cita en el parque meteorológico, el 29/11/1999 y el 1/12/1999.

Vio a Nancy Salinas solo una vez. Su hijo Rodrigo se la presentó en su casa, aunque nunca le comentó que estuviera saliendo con ella. Su hijo conoció a Nancy en una Iglesia Cuadrangular a la que ambos asistían.
Luego de su primera declaración se enteró que Nancy había viajado a la ciudad de La Plata y se había alojado en el departamento que su hijo compartía con su hermano Guillermo y un compañero más, Sebastián Bajos.
Su hijo Rodrigo se habría comunicado con la madre de Nancy el viernes 17 a la medianoche (más precisamente, en los primeros minutos del sábado), pero Ruth le contestó que Nancy no estaba. Luego se comunicó a las 00.40 horas y pudo hablar con Nancy.
También dijo que por esa época Rodrigo no siempre le decía la verdad.


Testigo: Roberto Cabezas.
Argentino. Jubilado autónomo.

Conocía a Juan Carlos Aguirre. Jugaban juntos al ajedrez y por medio de ello entablaron una amistad. Generalmente jugaban en el desaparecido café “Homero”. Encuentra a Juan Carlos Aguirre como un hombre “inteligente, sensible y generoso”. Charlaban de literatura, ajedrez.
Sabía que mi padre organizaba rifas.
Conocía a Ana Zerdán ya que su hermano, Emilio Cabezas (ya fallecido), era Contador Público y le llevaba los impuestos y gastos del laboratorio a Ana. Conoce a la escribana Olga Chertrudi, ya que le ha hecho algunas gestiones y trámites. De hecho, él llevó adelante los quehaceres de la hipoteca sobre el departamento ubicado en el edificio Cipolletti, que Juan Carlos Aguirre realizó con la financiera Bellville por un valor aproximado de 12000 a 13000 dólares. La escritura del departamento estaba a nombre de mi padre. Luego de pagar unas cuotas, mi padre no siguió adelante con la hipoteca.
Roberto Cabezas cree que declaró en tres oportunidades (dos policiales y una judicial). En ésta última, y con el juez Juan Torres presente, se encontraba el actual abogado querellante de éste juicio, Oscar Pandolfi. Al respecto el señor Cabezas dijo que le pareció que la situación la manejaba Pandolfi, pues es un hombre muy capaz y de carácter fuerte.

Testigo: Dina María Pastrovichio de Pérez Lindo.
Argentina. Médica.

Conoció a Ana en 1976.
Dijo que era muy buena persona, trabajadora. A veces Ana se quedaba a dormir en su casa.
Según esta testigo Ana y mi padre se conocieron en 1983 en un locutorio de General Roca.
Nota del relator: Que extraño!, yo hubiera jurado que a mis 8 años al levantarme cada día en la ciudad de Olavarría, provincia de Buenos Aires, era mi madre quien preparaba el desayuno y mi padre quien me llevaba a la escuela, pero supongo que lo habré soñado.
En el año 1980, junto a Ana, compró un terreno ubicado en Balsa Las Perlas, pero Ana nunca pagó las cuotas y ella por su parte sí.
Ana le habría comentado que la convivencia con Juan Carlos Aguirre era difícil. Según la testigo, la doctora Zerdán quería a mi padre, pero éste a ella no. Por este motivo discutió con J.C. Pereyra y Capellini, quienes en su momento defendían a mi padre.
Ana nunca le contó de maltratos físicos ni ningún otro mecanismo de intimidación o presión sobre ella por parte de mi padre.
Supone que Ana conocía la otra relación de J. C. Aguirre.
Sin embargo entre tantas cosas que Ana supuestamente le contó, omitió contarle a que se debía su “empobrecimiento”
Según ella, Ana se dejaba llevar por los hombres, e hizo alusión a una ex pareja, a quien le habría prestado dinero.
¿Ana se dejaba llevar por los hombres?,¿ una mujer que se hizo a sí misma?, que estudió lo que le gustaba y trabajó para solventarse sus estudios. Mujer emprendedora que atravesó medio país para venir a instalarse a una ciudad que aún era una promesa y que todavía no portaba ese desatinado slogan de “Ciudad para vivir”. Y usted supone que una mujer así iba a ser arreada por los hombres?
No coincido con usted, señora Pastrovichio de Pérez Lindo.


Testigo: Cristian Ferreira.
Oficial Sub inspector de la policía de Río Negro.

El día 18 de septiembre de 1999 el subcomisario Héctor del Valle Vega lo asigna a la función de Secretario de acta de Procedimientos en la investigación iniciada sobre el asesinato de Ana Zerdán.
Entra al laboratorio con el médico forense y el jefe de criminalística.
Participa del allanamiento realizado en la casa de Ana Zerdán. Recuerda que había personal policial, pero no recuerda haber visto al juez de la causa, Juan Torres. Si habría visto consigna en la casa de Ana.
No estuvo presente en la apertura de los vehículos.
Participaron de éstos procedimientos: el juez Torres, Uribe, Del Valle Vega, Osvaldo Sánchez, y el resto de la brigada de investigaciones.
No recuerda comentarios acerca de la o las llaves.
Las declaraciones en que oficiaba de escribiente eran firmadas por el comisario del Valle Vega y él mismo.

Hoy, miércoles 27 de febrero, se presentó un acta del día 30/9/1999, en la que se deja constancia que por disposición del juez Juan Torres, Juan Manuel Aguirre Tabeada hace entrega de un juego de dos (2) llaves del Ford Fiesta que fuera propiedad de la señora Ana Zerdán.
Si bien, no tiene presente esto último, reconoce su firma en dicha acta.
En fojas 77 consta que el Ford Fiesta es abierto el 22/9/1999 a las 18.20 horas.
Todos los secuestros son realizados por criminalística.

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