martes, 12 de febrero de 2008

Día 5

Testigo: Sargento Osvaldo Sanchez.

Formaba parte de la brigada de investigaciones de Cipolletti, de reciente creación por esos años.
Trabajó más de un año en la causa.

Su primera hipótesis fue un robo, luego notó que era una simulación de tal ilícito.

En principio hubo varias líneas investigativas, ya que se habría visto a Ana en diversos lugares la noche de su asesinato.

La idea personal del Sargento es que la mataron en el laboratorio para que diga o haga algo, pero no pudo establecer para qué fines.

Él se encargó de las averiguaciones de nuestras coartadas.

  • Sobre mí, declaró que en el Hipermercado "La anónima", ubicado en Neuquén Capita, Nadie me vió, o nos vio, a Nancy Salinas y al que suscribe.


  • Por otra parte interrogó a algunos choferes de las empresas de transportes entre las ciudades de Neuquén y Cipolletti acerca de mi traslado hacia Neuquén y el regreso junto a Nancy en dichos buses. Tampoco nadie nos vio. Se le preguntó si habría mostrado a los choferes alguna fotografía o recorte de diario donde hubiese una foto mía. Dijo que sólo preguntó en base a mis señas particulares y la vestimenta que yo había declarado llevar ese día, es decir, que preguntó por un joven de entre 18 y 25 años, pelo corto y saco de vestir, camisa y corbata, viajando en una hora pico entre dos ciudades densamente pobladas, sin exponer ninguna fotografía orientadora. Y que le llamó la atención porque generalmente en su experiencia un joven así vestido se trasladaría en taxi "para no arrugar la ropa". Ante la pregunta del tribunal sobre la cantidad de gente que se traslada entre ambas ciudades a una hora pico como esa (20 hs. aproximadamente), dio la explicación que por esa época los taxis de la ciudad de Cipolletti tenían una oferta de $2,50 por viaje. Lo cual explicaría su hipótesis.


  • Consultado acerca del viaje realizado por Nancy Salinas a la ciudad de la La Plata, dijo que le pareció extraño que ella viajara justo al otro día del asesinato y "que no le parecía un viaje programado", pero preguntado por el tribunal acerca de si había averiguado si la srta. Salinas había comprado el pasaje con anterioridad o en el día, respondió que desconocía ese dato, o mejor dicho, que nadie lo chequeó.


  • Dijo que el horario especificado por el portero del edificio "Cipolletti" en el cual yo vivía, no coincidía con los horarios aportados por quien suscribe y Nancy Salinas. Pero luego preguntado por el dr. Larrea, dijo que no recordaba los horarios que el portero había mencionado.


  • Afirmó que yo entregué las llaves del auto de Ana, pero que no le quedó bien en claro de dónde habían salido dichas llaves.

Con respecto a Juan Carlos Aguirre dijo:

  • Que éste adeudaba algunas rifas, y que no se pagó un vehículo de uno de los trabajos realizados por el acusado.

  • Que el metre de la parrilla donde Juan Carlos Aguirre habría cenado negó haberlo visto la noche del asesinato, para esto Sanchez se ayudó de una difusa foto de archivo de diario en la que ambos estaríamos entrando en dependencias judiciales. Aunque se le recordó que consta en el expediente la factura del restaurante donde mi padre cenó, dijo desconocer tal documento, a pesar de que intercambiaba información con los otros investigadores (seis policías más).

  • Preguntado acerca si conocía las "deudas" de mi padre, dijo que "todas eran por montos grandes", pero no podía precisar los valores.

Al igual que Uribe, también manifestó una "selectiva" memoria.


TODO LO QUE NO RECORDABA, O NO INVESTIGÓ
Preguntado acerca de Rolando Montes dijo:

  • Que es un puntero político y ambulanciero. Nunca investigó lo sucedido entre R. Montes y la testigo Irrazabal. Irrazabal le habría expresado a montes "viste la macana que se mandaron esos tipos con Ana", y raíz de esa expresión hubo un diálogo sustancioso entre ambos, que luego negaron en un careo. Luego de que el careo no llegara a buen puerto, el Juez Juan Torres deshechó esa línea investigativa y nunca más la retomó (¿por qué?).

  • Acerca de Contreras dijo que se lo demoró en base a los dichos de Montes, además Contreras era ampliamente conocido en el ámbito policial ya que se lo había investigado en once robos con arma y sólo se le había comprobado uno.

  • El Sargento Sanchez no creyó necesario ahondar en este hombre ya que "de haberse mandado una macana así alguien como Contreras se hubiera ido de la zona". Su "amplia experiencia policial" así lo indica.

  • Dijo que investigó la pista en la que se habría visto a Ana en el conocido boliche bailable "Laberinto" la noche de su asesinato, pero que nadie pudo confirmar tales dichos. Parece que el Sargento Sanchez desconoce el testimonial de Carlos Zárate, quien dijo haber visto a la dra. Zerdán en el citado establecimiento.

  • Dijo no recordar al taxista que me trasladó junto a la srta. Nancy Salinas a la casa de ésta, la noche del asesinato. Y luego confundió a este taxista con aquel otro chofer que declaró que transportaba a un pasajero con las manos ensangrentadas. Hablaba del primer taxista como si se tratase del segundo, confundiéndolo todo.
  • Tampoco recordó un testimonio del sr. Ramirez, alias "Marcela", conocido travesti de la zona, quien habría hecho alusión a un comentario sobre un cargamento de drogas.

¿Este hombre investigó la causa?


Testigo: Leonardo Riveros,
Comisario Inspector

Conoce a Juan Carlos Aguirre desde 1991. No le consta el incumplimiento de los trabajos por mi padre organizados. Siempre consideró a Juan Carlos Aguirre como "una persona tranquila". Mi padre le habría comentado que no podía hacer excesiva fuerza ya que se "descompensaba" debido a su operación de triple by-pass.

El comisario sabía acerca de la operación coronaria. Dijo que a las 20 hs. del día del asesinato de Ana Zerdán, Juan Carlos Aguirre estaba con él en la unidad 77 de Gral. Roca, y que no sólo el puede atestiguarlo, sino también la guardia completa de dicha unidad que vio al sr. Aguirre arribar a esa dependencia.

Por esa época mi padre organizaba la rifa de esa dependencia policial, y el diálogo giró en torno a ese tema, incluso mi padre dialogó con el albañil que llevaba adelante las remodelaciones hechas en el lugar.

Riveros expresó que Juan Carlos Aguirre, luego de permanecer con él por un lapso de media hora, se dirigió a la ciudad de Allen y se encontró con el subcomisario retirado Vera. Días después Riveros pudo confirmar esa información al dialogar con el sr. Vera.

También dijo conocer a la dra. Zerdán desde 1980, ya que esta le realizó los estudios a su mujer, que por esa época estaba embarazada.

Ante la requisitoria del tribunal, confirmó el horario del encuentro con Juan Carlos Aguirre y dijo "alrededor de las 20 hs."


Testigo Valeria Montelpare.
Empleada, 39 años.

Por esos años era empleada del Banco Francés, sucursal Cipolletti.

Dijo que aproximadamente un mes antes de su muerte, Ana se acercó al banco a efectos de solicitar un crédito, pero le comunicó que no podía otorgárselo debido a su edad (67 años).

Dijo que días después Juan Carlos Aguirre se hizo presente para averiguar los motivos del rechazo del crédito para con su concubina.

También dijo que tardó un año luego del asesinato en presentarse a declarar ante el Juez, casi al mismo tiempo en que Oscar Pandolfi se hizo cargo de la representación de la querella.


Testigo Dora Inés Romero.

Empleada del Sindicato de la Fruta. Lindero al laboratorio de Ana Zerdán.

El día del asesinato ve retirarse a Ana aproximadamente a las 20 hs. junto a un sr. al que no le ve el rostro debido a que éste estaba de espaldas. Escucha que Ana le dice a este hombre: "manejá vos", mientras ambos se suben al auto de Ana ubicado frente al laboratorio.

No puede verle el rostro al sr. debido a una columna que obstaculiza su visual. Dijo que Ana vestía una pollera roja, delantal y zuecos negros. Escuchó que la computadora del laboratorio estaba en funcionamiento, y la luz del escritorio encendida.

Dijo que en épocas de calor la puerta del laboratorio estaba abierta de par en par, pero de no ser así, igual siempre estaba sin llave.

También expresó que la contextura física del hombre al que vio con Ana Zerdán no se asemejaba a la de Juan Carlos Aguirre, pero no puede afirmarlo. Agregó que el hombre al que vio de espaldas era levemente más alto que la dra. Zerdán.


Testigo: Oficial Principal José L. Barreiro
Oficial de servicio en turno la noche del crimen

Tomó la causa sólo en primera instancia, y se limitó a labores de vallado y observación, ya que luego se hizo cargo criminalística.

Al llegar encuentra a mi padre en la recepción del laboratorio, quien le dice "Ana está ahí". Observó cajones abiertos y una ventana abierta, luego mi padre le pidió que busque en la guía el número de un tal sr. Pereyra. En un primer momento pensó que era un robo. No recuerda ninguna llave puesta en la puerta, y observó que no había pisadas en el patiecito interno del laboratorio. Le llamó la atención la tranquilidad de Juan Carlos Aguirre.

Dijo que los primeros que llegaron a la escena fueron los policías de calle, Becerra y Guitierrez, y que el dr. Schoua llegó entre media hora y una hora después. Luego llegó el socio de Ana, Roberto de la Vega.

Al ser preguntado dijo que pasaron entre diez o quince minutos desde que habría llegado el dr. Schoua hasta que Juan Carlos Aguirre fue trasladado a la comisaría 4ta.

Preguntado por el tribunal acerca de si había algo que le llamase la atención en Juan Carlos Aguirre con respecto a su aspecto personal, huellas de rotura en las ropas, sangre, etc... dijo que no, que su aspecto era normal.

Luego se dedico al vallado, donde le llamó la atención un enfermero del policlínico que portaba una silla de ruedas, y que nadie de los curiosos que se agolparon alrededor dijo saber nada.

No hay comentarios: