miércoles, 20 de febrero de 2008

Día 11

Testigo: Ramón Feyén.
Cerrajero

Lo llamamos para cambiar la combinación de la casa del Barrio Flamingo. Juan Carlos Aguirre pagó el trabajo. En general se atuvo a lo declarado porque no recuerda bien el suceso.


Testigo: Edgardo Guevara.
Enfermero del Policlínico Modelo.

El día 17 de septiembre trabajó en el turno noche (22 a 6 de la mañana)
Esa madrugada el recibe el mensaje desde recepción a las 5.45 horas. Le dicen que Roberto de la Vega se comunicó desde el policlínico ADOS (Neuquén), para informarle que su Ana Zerdán estaba “descompuesta” en su laboratorio, y que es por eso que el lleva la silla de ruedas.
Cuando llegó había dos agentes policiales, uno fuera del laboratorio y otro dentro
Dice que no habló con Juan Carlos Aguirre mientras él está ahí, y que como testigo permaneció en el lugar hasta las 6 de la tarde. A pesar de lo expresado dice que J. C. Aguirre le pide que le busque un teléfono. Por otra parte agrega que Aguirre busca o revuelve papeles en el escritorio de Zerdán y que lo hace tratando que el testigo no se dé por enterado. Luego al preguntarle el doctor Larrea su ubicación desde donde observó eso, éste le dice que se hallaba sentado por lo cual habiendo entre el escritorio y los sillones de recepción un mostrador más alto que ambos, no se explica como hizo el señor Guevara para observar tales movimientos.
Por otro lado dice haber visto el cuerpo de Ana, atado de pies y manos y desfigurado y que sólo puede observar el cuerpo cuando entra al baño. Preguntado por el tribunal sobre en que momento observa el cuerpo, éste aclara que recién lo ve tres (3) horas después de arribar al laboratorio. El observa el cuerpo luego que el juez Juan Torres arribara al lugar, lo cual ocurre unas 4 horas más tarde de su llegada. Además de él, hubo otro testigo civil que llegó 10 o 15 minutos más tarde, pero que se quedó en la vereda.
También dijo que antes que el juez llegara hubo muchos policías dentro del laboratorio.
Según su declaración anterior Juan Carlos Aguirre fue trasladado en ambulancia desde el laboratorio, hoy dice que Aguirre se resistió a ser llevado en dicho vehículo, que de hecho, no lo vio subir a ella. Preguntado acerca si había visto descompuesto a mi padre, contestó que no, en ningún momento.
Acerca del cuerpo de Ana dice que presenció cuando el forense movía el cuerpo. En su declaración dice que al observar la tapa de la mochila del inodoro, luego de aplicados los reactivos, el perito le hace observar y en palabras del propio testigo dice: “se notaba claramente la huella de un dedo PULGAR”
Anteriormente declaró dos veces en General Roca. La primera en diciembre de 1999 la hizo en sede policial, la segunda en junio de 2000 no fue escrita, aunque si realizada.
En esa declaración anterior dijo que había visto un diente y un aro detrás del inodoro, pero hoy dice no recordar haber visto nada detrás del inodoro ”ni que hayan estado ahí esas cosas”.
Dijo que recordaba el peugeot 504 de mi padre estacionado siempre sobre la calle Libertad. Luego al leérsele las declaraciones dijo que era un peugeot 405 y que lo veía estacionado en calle Libertad desde tres meses antes del asesinato.
¿Cómo pudo haberlo visto si mi padre había comprado el auto solo unos días antes de la muerte de Ana?

Testigo: Esteban Vega.
Empleado.

Le vendió el Peugeot 405 a mi padre tomando el fiat Duna que éste poseía en parte de pago. Por su lado J.C. Aguirre se haría cargo de la deuda de plan que poseía el Peugeot.
El traspaso se efectuó un par de días antes del 17 de septiembre, pero habían quedado en formalizar la venta luego que Juan Carlos Aguirre efectivizara el pago de la cuota adeudada del 405.
El boleto de compra-venta figura con fecha de 17 de septiembre aunque se habría realizado luego, pero no logra evocar cuando exactamente. Tampoco sabe quien confeccionó el boleto.
No recuerda si le leyeron su declaración anterior.


Testigo: Mario Voria.
Comerciante. Copropietario de “Zuain y Voria”

Juan Carlos Aguirre era cliente regular.
El 17 de septiembre a la tarde Juan Carlos Aguirre fue a buscar su auto a las 16 horas. Lo había dejado el día anterior para que le arreglasen un problema con el cierre centralizado. Si sabe que le dijeron que volviera luego, ya que aún no estaba listo y tendría un nuevo inconveniente. En primera instancia cree que se le entregó el automóvil aproximadamente a eso de las 19.30- 20 horas, pero no puede aseverarlo ya que la entrega no la hizo él, sino alguno de los empleados del taller.
Preguntado por la querella acerca si él es el único autorizado a hacer los cobros, dice que su empleado Víctor Salerno, también está autorizado a hacer la factura final.


Testigo: Esteban Llempe.
Sobrino de Nora Apablazza. Reside en Rincón de los Sauces.

Preguntado acerca de una denuncia presentada el 11 de agosto de 1999 en la cámara segunda de la fiscalía de Neuquén y firmada por Miriam Pazos, dice desconocer este hecho. Agrega que el nunca hizo tal denuncia, aunque admite que los datos personales aportados en la documento le pertenecen.
Ratifica que el no ha hecho tal denuncia.

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